Escribirás con el sudor de tu frente
Había sido un día largo y extenuante. Adbi conducía feliz de regreso a casa y sin dejar de mascar khat. Atravesábamos una de esas “nadas” que se estiran decenas de kilómetros entre un asentamiento de otro de los campos de refugiados de Dadaab. Son pistas en mitad del desierto, rodeadas por bosquecillos de acacias espinosas y termiteros gigantes que se levantan como torreones. Veredas de arena alfombradas por pedruscos y jalonadas por un extenso catálogo […]